jueves, 18 de marzo de 2010


Dile que estoy parada al final de mí misma
igual que un aduanero sin nadie a quien multar,
como un autoestopista debajo de la lluvia,
como la menopausia de una mujer fatal.
Cuéntale que lo extraño y que me siento seca
igual que un presidente dentro del autobús,
como una Kawasaki en un cuadro de El Greco,
igual que un perro a cuadros, igual que un gato azul.

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